jueves, 5 de noviembre de 2009

Letras sobre Lima:




Remontarnos a las primeras palabras plasmadas en papel, que hablen sobre Lima sería motivo para rememorar a los cronistas, hombres que llegaron junto a los conquistadores, para describir las actividades de los mismos, e informarlas al rey de España. Desde ese punto de vista, podríamos incluir a Garcilaso de la Vega o a Huamán Poma de Ayala, como los primeros escritores limeños, pero con la gran consideración, que ellos no hablaban de Lima, sino que solamente se referían a argumentar acontecimientos generales, entre los cuales, se puede resaltar por ejemplo: La elección de Lima, como capital y su fundación, por lo cual se les debe tomar, como pioneros de una literatura limeña, o en todo caso antecedentes.
Después de la Colonia, la literatura netamente limeña, puede ser descrita como españolizada en muchos casos, teniendo el ejemplo de Felipe Pardo y Aliaga y Manuel Ascencio Segura, escritores pre-republicanos, que tenían una clara influencia del llamado afrancesado Leandro Fernández de Moratín, aquel que el 2 de mayo, mientras Murat atacaba a toda la población de Madrid, Moratín prefería refugiarse en su casa, lo que sería un estigma que no podría borrarse.
Posteriormente a esto, se debe resaltar la misión de un hombre, que hizo posible que hoy tengamos datos sobre los acontecimientos pasados, tradiciones y en general la cultura de una ciudad y de una nación. Este hombre fue Ricardo Palma, quien recopiló muchas tradiciones coloniales, muchas de ellas hablaban de Lima, enfocándose Palma, en encontrar el pasado de una ciudad que aún no tenía identidad, que se debatía entre la colonia y la república, ante esto Palma planteó un panorama diferente, identificándose como un peruanista de corazón, siendo ejemplar el esfuerzo, que realizó, para recuperar la Biblioteca Nacional, que fue dejada en andrajos, tras la invasión chilena.
Pero, si debemos encajar un término netamente limeño, y que este vinculado a la literatura, pues debemos citar a Abraham Valdelomar, que pese a no haber nacido en Lima, y escribir poco sobre la ciudad, logró acuñar una frase, que resumiría toda la realidad de su época: “El Perú es Lima, Lima es el Jirón de la Unión, el Jirón de la Unión es el Paláis Concert y el Palais Concert soy yo”, sin duda una frase que resumía el concepto, que se tenía de la capital, en ese entonces. Lima era el centro del Perú y nadie dudaba eso, además se expresa de Lima, como una ciudad tradicionalista y enfocada netamente a los alrededores del centro de la ciudad.
Después de Valdelomar, empezaría a hablarse de Lima, como un mundo aparte del Perú, es decir un lugar diferente, pues era una realidad diferente a la que se vivía en provincias, resaltando notablemente la figura de una generación: La llamada generación del 50, de escritores, que hablaban sobre Lima, sobre el problema social que afrontaba, tras una gigantesca migración provinciana a la ciudad, migración, que no es otra cosa que una industrialización tardía, como sucedió en Europa, pero obviamente tuvimos un siglo de retraso.
De esta generación, resalta un personaje en particular, un hombre parco y delgado, nos referimos a Julio Ramón Ribeyro, quien limeño de nacimiento y proveniente de una familia acomodada, escribe sobre una Lima cambiante, que no sale de su asombro, como un boxeador que es noqueado en el primer asalto, es decir una ciudad, que cambia rápidamente de ser una Lima tradicionalista a convertirse en un ciudad cosmopolita. También describe, como los ocasionantes de este cambio, los migrantes provincianos buscan una oportunidad, la cual tendrán que buscar desde abajo, para llegar a la cima..
En la generación del 50, destaca también un escritor, que habla de una Lima delincuencial, pero que también anhela un mejor futuro, su obra más resaltada es “En Octubre no hay milagros”, y hablamos de Oswaldo Reynoso, un escritor que acuña bastantes limeñismos, por así darle nombre, a las jergas, que expresan la realidad, de una sociedad decadente, que busca salir del hoyo, en base a trabajo, dejando un claro mensaje de esperanza.
Finalmente, podemos mencionar a Óscar Malca, actual director de la revista Somos, quien en su obra “Ciudad de M”, nos plantea la historia de un joven limeño, y de una Lima, que tiene un panorama ya elaborado, con cambios fijos y con una sociedad ya no tradicionalista , que abre sus ojos ante el mundo. Es decir una nueva Lima, que es consciente de sus falencias y virtudes, que busca un objetivo, el cual es prevalecer, siendo las letras una gran arma, para lograr esta misión.

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